El sector cerrajero ha sido históricamente un sector potencial para nuestras tecnologías, tanto en MICROFUSIÓN como en MIM, pero es especialmente en esta última donde el incremento en los últimos años ha sido más importante situándose como uno de los principales mercados de fabricación en la actualidad.
¿Por qué está creciendo el sector cerrajero?
La evolución positiva del número de piezas de cerrajería fabricadas en el grupo ha venido dada por dos factores. Por un lado, el mayor conocimiento de las empresas de nuestro proceso de fabricación MIM, que permite la fabricación de piezas pequeñas, con formas complejas, detalles finos, baja rugosidad, altas propiedades mecánicas (resistencia, dureza, anticorrosión) y altos consumos. Y por otro, debido al claro incremento de los robos constantes en los hogares y el llamado fenómeno «okupa», que ha originado un aumento de la necesidad de seguridad en las casas. Esto ha derivado en que el diseño de los mecanismos de las cerraduras sea mucho más sofisticado, y eso conlleva la intervención de una gran variedad de piezas fabricadas mediante la inyección de acero (MIM) sobre todo para las cerraduras antipánico y de seguridad.
En Ecrimesa Group, durante muchos años hemos venido trabajando de la mano de nuestros clientes en el sector, no sólo para la fabricación de piezas sino colaborando también en el diseño de las mismas, con el fin de conseguir que sus cerraduras sean eficaces tanto en funcionamiento como en fiabilidad y seguridad. Como grandes fabricantes de varios componentes de cerraduras que somos, hemos podido comprobar de primera mano que ha habido un incremento tanto en ventas como en complejidad en el diseño de pieza destinada a dotar de mayor protección y garantía a la cerradura.
Históricamente hay piezas de este sector que siempre se han venido fabricando por otras tecnologías o materiales como el sinterizado, zamak o mecanizado. Este tipo de pieza sigue estando ligada a cerraduras más económicas y que no tienen grandes especificaciones mecánicas, pero muchos fabricantes están optando por el cambio a MIM o Microfusión para dotar a sus cerraduras de mejores propiedades.
De hecho, supone un gran reto la conversión de la fabricación de una pieza desde otra tecnología a MIM. Recientemente, la revista PIM International publicó un Caso de Estudio elaborado por nuestro Director Técnico, Manuel Caballero. Si quieres ampliar información, puedes leer el artículo Conversión a MIM de la fabricación de bisagras de puerta fundidas a presión.
¿Cuáles son las ventajas del MIM frente a otras tecnologías de fabricación de metales?
Haciendo una comparativa entre tecnologías, las ventajas del MIM serían:
MIM contra Sinterizado tradicional: el sinterizado tienen limitaciones de formas y no permite tanta libertad de diseño como el MIM (mayor complejidad y mayor flexibilidad en el diseño). Las piezas fabricadas por sinterizado son más porosas y débiles y además se requiere de cantidades muy elevadas. Consiguen peores espesores y peor rugosidad. Tienen peor resistencia a la corrosión y peores propiedades magnéticas (en MIM existen materiales específicos para aplicaciones magnéticas, como el FeSi3 o Fn50 por ejemplo, dependiendo de la permeabilidad magnética requerida).
MIM contra Zamak: Una pieza fabricada en zamak no tiene claramente las mismas características mecánicas que una pieza de acero al carbono, ni por supuesto de acero inoxidable. El zamak tiene peor resistencia a la tracción, menor dureza por lo que la vida útil es menor, punto de fusion mas bajo (muy importante para cerraduras con versión de protección contra incendios) y peor resistencia a la corrosión (las piezas MIM aceptan además protección superficial, como niquelado, zincado, pavonado, etc…). Una pieza en zamak es más barata sí (y suficiente si donde se aplica no hay ningún tipo de exigencia), pero no se contemplaría en cerraduras de gama media/alta y calidad superior.
MIM contra mecanizado: el hándicap del mecanizado son las cantidades medianas/altas del sector, que no compiten en precio respecto a otras tecnologías. Es decir, si las cantidades son medianas, el mecanizado resulta un proceso caro en comparación al MIM. Además, con el MIM se puede reducir el mecanizado de las piezas (y por consiguiente el coste) ya que podemos obtener roscas externas (con dos planos laterales para poder colocar en ellos la línea de desmoldeo) y formas complejas interiores que no podrían mecanizarse fácilmente. Las roscas interiores se podrían llegar a hacer también, pero por el alto coste de fabricación del molde no se recomienda.
En conclusión
En definitiva el MIM presenta mejores propiedades y una mayor capacidad para combinar piezas de acoplamiento en un único componente más complejo. Nos permite lograr la mayoría de las formas complejas definidas para cerraduras donde, como sabemos, el correcto funcionamiento implica un montaje minucioso.
Algunas de las piezas factibles de realizar en Microfusión o MIM podrían ser: escudos, pestillos, cierres, palancas, tapas, cajas, bombines, excéntricas, pitones, cerrojos, etc.
Si queremos una pieza de seguridad, de gran calidad y alta gama, nos tenemos que ir a material de acero al carbono o inoxidable fabricado por tecnología MIM. Su precio es algo superior, pero las prestaciones que se obtienen lo justifican, por su resistencia, durabilidad, fiabilidad, anticorrosión etc.
Puede ser que la cerradura inexpugnable todavía no exista, pero hay una cosa que podemos afirmar, y es que las cerraduras más seguras del mercado actual llevan componentes fabricados en Ecrimesa Group.
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